martes, 29 de septiembre de 2015

Paseo litoral de San Lorenzo en Gijón




Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando llegamos a Gijón es la placidez y la armonía que se respira en una ciudad que no puede dejar de mirar al mar y se asoma generosamente al Cantábrico para ofrecer allí su mejor cara. Esta zona  marítima actúa como un imán que atrae siempre a los gijoneses  sin importarles demasiado el tiempo que hace.
Por ello, y para aproximarnos al alma de esta ciudad, resulta imprescindible realizar un atractivo recorrido costero de poco más de 5 kilómetros lineales que comienza en el casco histórico de la ciudad, en la zona de Campo Valdés, junto a la iglesia de San Pedro, y termina en el parque de la Providencia, de antiguo uso militar pero que ha sido recuperada para disfrute de todos.
El recorrido, perfectamente señalizado con numerosas placas informativas con la distancia recorrida, nos lleva a hermosas playas y profundos acantilados y se atraviesan zonas en las que el verde de la costa casi se funde con el azul del mar. Además el recorrido está jalonado de esculturas. La más conocida es Elogio del horizonte de Eduardo Chillida; pero también son expresivas la que representa a La Madre del emigrante, conocida también como La Lloca, que no puede dejar de mirar al mar, y la llamada Solidaridad, que es una cadena de acero entrelazada. Para finalizar en el parque de la Providencia, en el cabo de San Lorenzo, con  el Homenaje a Galileo Galilei XV
Cuando se llega al cabo de San Lorenzo ya no se divisan las siluetas de los edificios de la bahía. Allí nos encontramos cara a cara con el bravo Cantábrico. En apenas una hora hemos ido   desde los antiguos asentamientos de la ciudad, en el barrio Cimadevilla, donde se ubican las termas romanas, hasta los más atractivos acantilados.

 Toda una experiencia

















  
                               























































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