sábado, 16 de julio de 2016

Río de la Miel en verano


       Resulta sorprendente encontrarse parajes casi vírgenes a solo un par de kilómetros del núcleo urbano de Algeciras. El canuto del río de la Miel se nos presenta como un lugar idílico que nada más pisarlo evoca paisajes tropicales. Conocido también por los algecireños como el camino de las pozas, nos permite refrescarnos en su curso de agua a la vez que caminamos. El río que atraviesa este lugar nace en la Sierra Luna y destaca por la pureza de sus aguas y ha estado históricamente muy unido a la vecina ciudad por los molinos que lo jalonan.
            Esta ruta conjuga como pocas atractivos naturales y culturales. En su recorrido pueden verse las antiguas acequias y sus molinos, el puente de origen medieval que unía la zona con Medina Sidonia y tramos de calzada que conservan el antiguo empedrando, así como las antiguas fuentes.
            La ruta comienza en la barriada del Cobre y sus primeros metros son por una pista forestal rodeado de alcornoques. Hasta que se llega al molino de Escalona y se entra propiamente en este canuto que goza de un microclima. Una vez que se cruza el histórico puente ya no hay vuelta atrás porque ya solo escucharemos el sonido del agua al estar inmersos en el denso y sombrío bosque de ribera en el que alcornoques y helechos son sus actores principales. Caminaremos por la margen izquierda del río para ir dejando a un lado algún arroyo, manantial y un molino hasta que llegamos a las primeras pozas.
        La fotogénica Chorrera es un salto de agua de más de cinco  metros y representa el final de trayecto autorizado y es ideal para darse un chapuzón. Si queremos seguir es necesario un permiso de la oficina de Parque Natural. Lo que sigue es una sucesión de pozas, algunas de ellas escondidas entre helechos, y una profusa  vegetación en forma de túneles naturales donde nos invade la sensación de encontrarnos en un lugar remoto, casi secuestrado del mundo. Otro salto de agua de casi ocho metros, y  conocido como la Cola del Caballo, suele ser el final del trayecto. 
      Sería necesario redoblar los esfuerzos de todos a fin de mantener en su integridad y legar a las generaciones futuras este reducto de selva tropical y que tenemos la inmensa fortuna de poder disfrutar hoy en día
                                  



























 



  







               

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