miércoles, 24 de enero de 2018

Cantera milenaria de Osuna (Sevilla)



Una de las señas de identidad de esta Villa Ducal son los característicos sillares de color ocre utilizados en la construcción de sus magníficos palacios, iglesias y conventos que albergan en su interior verdaderos tesoros artísticos. Esta histórica localidad surge de una colina que domina una amplia campiña y donde también aflora un paisaje rocoso de areniscas. En este espacio, muy próximo a la antigua ciudad íbera de Urso, existe una cantera  utilizada con anterioridad a la llegada de los romanos que se remonta a la época turdetana.
En este lugar de extracción de esta roca milenaria que ha dado colorido a la ciudad, hoy conocido como Coto de las Canteras, se encuentra una inmensa gruta de más de 27 metros de altura, resultado de tantos años de trabajos de los canteros, que hoy ha recuperado la ciudad como espacio cultural y donde también se celebran todo tipo de eventos. Un verdadero auditorio natural que se ha convertido también en un escenario cinematográfico que casi nos traslada a Oriente, donde se han rodado series como Juego de Tronos, y que el escritor Vargas Llosa ha querido bautizar como La Petra de Andalucía por su parecido con este asentamiento de Jordania.
Recientemente las paredes del interior de este complejo han sido esculpidas con relieves que recrean piezas de la cultura íbera y en sus aledaños se han habilitado espacios ajardinados decorados con esculturas y tallas que realzan aún más este lugar sorprendente.





















































































miércoles, 3 de enero de 2018

Refugios de montaña de la Serranía de Villaluenga



En algunas zonas de esta Serranía la tierra es poco apta para el cultivo, a pesar de ser la actividad agropecuaria su principal recurso y la que ha proporcionado la mayoría de las ocupaciones, junto a algunas pervivencias artesanales.  Todavía a  finales del siglo XIX la Sierra de Cádiz tenía un carácter económico deprimido y casi marginal. Dentro de este ámbito claramente rural, los habitantes de esta zona del interior de la provincia gaditana han padecido un secular aislamiento y el pastoreo se ha presentado históricamente como la única alternativa para una población en clara regresión demográfica.
La ganadería, por tanto, ha representado durante muchos años el pilar de su economía y los usos y costumbres de sus habitantes también han estado ligados a este sector. Pero los pastores tenían que enfrentarse a un medio hostil por la dureza del clima, las dificultades de un terreno extremadamente accidentado y la falta de comunicaciones. Para facilitar su tarea se fueron levantando una serie de pequeñas construcciones de una sola planta junto a pozos de agua para cobijarse en caso de necesidad en un medio tan inhóspito. 
Estas construcciones se encuentran hoy perfectamente integradas en el paisaje e incluso se han convertido en un atractivo más dentro de una zona que poco a poco ha  ido descubriendo su gran potencial natural y turístico y a la que se están acercando numerosos senderistas que hoy pueblan sus históricas veredas en otro tiempo poco transitadas.
En este contexto, la ruta conjunta de los clubes senderistas 3 Caminos de Ubrique y Camino y Jara de Algeciras proponía un recorrido por algunos de esos lugares, que hoy se ha querido rebautizar como la Ruta de los Refugios. Sin duda una atractiva oferta senderista por una zona de cumbres y profundos valles calizos y llanuras de sedimentación  
Nuestra ruta, de unos 20 kilómetros, parte del casco urbano de Villaluenga en dirección al puerto de Las Viña para, a continuación, enfilar hacia los Llanos del Republicano. Desde estas inmensas  llanuras ya podemos divisar la Sierra de Libar, que tenemos que superar por un antiguo paso empedrado en dirección al puerto del Correo, en el límite de las provincias de Cádiz y Málaga. A mitad de ascensión, está perfectamente indicado,  tenemos que girar hacia nuestra derecha para encontrarnos con el primero de nuestros objetivos, que no es otro que el refugio del Puerto del Correo, que nos sorprende por su buen estado de conservación.
Después de una breve parada seguimos ascendiendo hacia nuestro segundo refugio. Caminamos ahora por un valle pedregoso encajonado entre las Sierras de Líbar y Blanquilla. El camino se encuentra jalonado por pequeños hitos de piedra caliza que simulan esculturas por su originalidad y variedad de formas. Pronto llegamos a la Casa de Navazo de Líbar, también conocida como Casa del Pinsapar, por el impresionante ejemplar que hay junto a esta bonita construcción. Un lugar ideal, también, para hacerse la foto de familia los dos clubes senderistas, y que, a pesar de la sequía, conserva sus verdores  
El siguiente objetivo es el Refugio de Barea, más encajonado que los anteriores al estar rodeado de grandes moles. A partir de este punto se emprende el descenso que debe llevarnos a la Casa de la Huerta de Barrida, último de los refugios, y que tiene actualmente actividad ganadera.
Buscamos el Río Barrida y lo encontramos completamente seco, por lo que podemos caminar por su cauce sorteando grandes piedras. Tras ello el paisaje cambia de manera radical porque nos encontramos con una gran masa forestal y se nos antoja que estamos en una zona de transición entre los parque naturales de Grazalema y de Los Alcornocales. Para acceder a la Cañada de los Gamonales, ya dentro del término de Ubrique, tenemos que pasar por la zona conocida como Retamoso.
Tras un pequeño tramo por el asfalto de la carretera de Cortes de la Frontera, llegamos a los Veinte Pilares, con Ubrique en el horizonte, y  donde 3 Caminos nos obsequia con una merienda, que sella una vez más la hermandad que existe desde hace años entre los dos clubes.