sábado, 13 de septiembre de 2014

National Day de Gibraltar





         Cada 10 de septiembre Gibraltar se tiñe de rojo y blanco con motivo de la celebración de su Día Nacional. Una festividad que conmemora el aniversario del referéndum de 1967, en el que sus ciudadanos tuvieron que decidir si deseaban pasar a la soberanía española o conservar la británica, y creada en 1992 para reforzar su identidad nacional, la resistencia a la presión hispana, así como reivindicar la autodeterminación. Por eso ese día, desde temprano, Main Street, convertida en pasarela callejera, es un río de gente en el que todo el mundo exhibe su orgullo yanito y resulta un verdadero espectáculo recorrer esta artería principal llena de colorido y alegría con bandas de música y cuadrillas que consiguen contagiar a los visitantes.

Existen una gran variedad de actos para todas las edades en un día declarado fiesta local con música y baile en diferentes escenarios. El ambiente festivo se refleja también en balcones, escaparates y vehículos que se llenan de banderas con el castillo y la llave. 

Pero el acto central es un mitin en Casemates Square, atestada de ciudadanos vestidos de rojo y blanco, que se ha convertido en la máxima expresión de la exaltación patriótica yanita. Suele comenzar con la interpretación a coro en castellano de la canción “Llévame donde nací”, atribuida al guitarrista y compositor Pepe Romano y que se ha convertido en un himno de los civiles evacuados por los ingleses durante la Segunda Guerra Mundial para expresar su nostalgia y deseos de volver al Peñón y que se canta en ocasiones especiales. 

Acto cargado de contenido político, este año se había colgado sobre el escenario una gran bandera de Gibraltar con el lema “La autodeterminación es nuestro derecho”. Desde la tribuna intervienen los líderes políticos locales, tanto del gobierno como de la oposición, así como eurodiputados llegados de las Islas Británicas. Los discursos suelen reflejar, sobre todo, las tensas relaciones que se mantienen, a nivel oficial, con el gobierno vecino y derivadas de los numerosos contenciosos abiertos con España. Sin embargo, este año, bajo un sol de justicia, y ante unas 10.000 personas, lo más comentado ha sido la invitación pública que hizo el Primer Ministro a la reina Isabel para que visitara el Peñón como muestra de apoyo a la población de la colonia reafirmando así su britanidad. 

Pero la apoteosis llega con la suelta de más de 10.000 globos con los colores nacionales dentro de un marco espléndido. Pero muy criticado este año por los grupos ecologistas que denuncian los peligros que ello representa para la fauna del Estrecho, como aves o delfines, que suele engullir sus plásticos.  

En resumidas cuentas, un gran día para este pueblo que se reúne para divertirse y pasárselo bien al mismo tiempo que destacar las diferencias que les separan del entorno que les rodea. Pero también para expresar el mestizaje, el cruce de culturas que ha sido siempre Gibraltar dentro del Mediterráneo.  












































lunes, 1 de septiembre de 2014

Rávena oculta



A simple vista Rávena se nos muestra como una ciudad plana. Como otras tantas. La primera impresión cuando pisamos sus calles es que no nos dejará huella. Hace algunos años la visitamos, dentro de un maratoniano viaje de una manera apresurada, camino de otros destinos más conocidos del norte de Italia, donde siempre falta tiempo para asimilar tantas sensaciones, y sólo alcanzamos a recordar la zona dantesca con la tumba del gran Dante. Desconocíamos que Rávena no ofrece pistas al viajero con prisas, su discreto encanto le hace ocultar sus bellezas y esconder celosamente sus atractivos. Sin embargo, la antigua capital del decadente Imperio Romano tiene más de ocho monumentos en las lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y exige una detenida visita. 

Verdadera encrucijada de caminos y de influencias, ha sabido conservar todo el esplendor de una época convulsa, el final de la Antigüedad y los albores del Medievo. Sus iglesias y baptisterios nos muestran mosaicos grecolatinos y bizantinos formando un conjunto único por su valor artístico e histórico que nos dejarán con la boca abierta en más de una ocasión.

Nuestro repertorio fotográfico comienza con la basílica de San Vital. Sin duda un buen punto de partida para reconciliarnos con esta ciudad. Su deslumbrante decoración cubre paredes, bóveda e interior del ábside dejando ver a las claras que la influencia oriental asume un papel dominante. Ante nosotros mosaicos, techos, arcos triunfales y paredes laterales de colores brillantes con esas escenas que nos resultan tan familiares porque hemos visto tantas veces en los manuales de Arte y libros de Historia.

Y atrapados por esas bellezas que Rávena esconde, ya no habrá marcha atrás. Por lo que sin descanso pasamos al Mausoleo de Galla Placidia, situado sólo a unos metros. Se trata de un edificio del siglo V, tan pequeño y de apariencia tan frágil que resulta sorprendente que haya llegado hasta nuestros días sin  alteraciones. Su exterior es de una sencillez extrema, sin embargo al entrar descubrimos una atmósfera delicada y armónica. Bajo sus deslumbrantes arcos, cúpulas y bóvedas tendremos la sensación de haber llegado al cielo. Sus mosaicos escenifican la redención con numerosos motivos geométricos y representaciones de animales que inundan todo este extraordinario espacio.   

La siguiente parada es la Iglesia de San Apolinar Nuevo, del siglo VI. De planta rectangular, nada más entrar la mirada se eleva hacia sus arcos laterales y mosaicos que lo inundan todo y en los que podemos distinguir tres niveles con escenas que  representan episodios de la vida de Cristo tan conocidas como la Procesión de los Mártires, el Cortejo de  Vírgenes o los Reyes Magos. Se trata de 13 paneles rectangulares. A su vez las luces que entra por sus ventanas realzan aún más sus tres naves separadas por 24 columnas  corintias. .

El Baptisterio Neoniano, del siglo IV, es el monumento más antiguo de Rávena. Consta de bóveda y dos niveles de arcos. Su cúpula tiene un gran medallón que representa el bautismo de Cristo. Abajo encontramos la pila octogonal de mármol. Y junto a este espacio se sitúa la catedral del siglo XVIII y el Museo Arzobispal, donde no nos dejaron sacar fotos, con el púlpito de obispo Maximino o de la extraordinaria capilla de Santa Andrea.

Por si no hemos tenido bastante, la excursión se puede completar con la Basílica de San Apolinar en Classe, situada a unos 5 kilómetros al sur de la ciudad, para contemplar sus mosaicos de los siglos VI y VII. 


                        Basílica de San Vital 
























Mausoleo de Galla Placidia 


















Basílica de San Apolinar Nuevo 

























Zona Dantesca 








Catedral 







Baptisterio Neoniano